23 diciembre 2010

En una piedra

Soy un acertijo.
Soy
el acertijo.
Las cosas se acercan, se aceleran, se desbordan.
Y yo me siento tallado en una piedra.
En la piedra blanca del parque
Al fondo de la casa de mi abuelo
Pintada con cal,
Y atada con una cadena a la tierra.
Mi abuelo se sentaba ahí a pasar la tarde.
Y me decía que era un meteorito
Y que era blanca porque había caído de la luna.
Trepados en el paraíso al lado de esa piedra
Intentamos un día solo por un rato hacer una casa en el árbol
o cuando jugábamos al fútbol
Desde ahí alguno nos tiraba venenitos.

Ahora no debe haber nadie
que sepa que es un meteorito
o algún pibe la habrá dado vuelta
entre una estampida de bichos bolita.






14 octubre 2010

Uno de Horacio Flaco

Carminum I, 11 («Carpe diem»)

No pretendas saber, pues no está permitido,
el fin que a mí y a ti, Leucónoe,
nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los números Babilónicos.
Mejor será aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que Júpiter
te conceda, o sea éste el último,
el que ahora hace que el mar Tirreno
rompa contra los opuestos cantiles.
No seas loca, filtra tus vinos
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo.
No fíes del incierto mañana.



17 septiembre 2010

Uno de C. Monti

Tesoro

Una niña muy pequeña
agarra mi mano
pone dos estrellitas
amarillas.
Son tuyas ahora, dice.

Se va,
son de plástico pero
la responsabilidad
es enorme.



Forma parte de la publicación "Pocholandia y sus amigos" de La Trampera, piñata de arte afectiva.

Un disco puede llenar los espacios vacíos de una casa

KINKS significa ROCK.
ROCK debería decirse KINK.
Habría que reemplazar la palabra gastada ROCK por KINK.
Y acercar la oreja al reboque de las paredes,
oír como crepitan,
y subirse otra vez al KINK.





23 agosto 2010

Recuerdos

Con la cabeza en otro río.

Hoy sé la noche estrellada
por arriba de los pinos al fondo
de la casa de mi abuelo.
Y sé la camiseta apretada, los pantaloncitos
y las medias altas, los botines
que patinan en el parquet
al rayarlo.
Sé que junto al piano y al paso
busco una melodía con barro
entre los tapones. Una melodía que es
una llama al viento de ese otoño.

Con la cabeza río arriba

Que trae olor a tierra
con lombrices en un frasco.
Pequeño recorte de arena
que el río rápido esquiva.
Una caña pequeña
una boyita borrosa
que parece siempre hundida
un bosque gigante donde
encontramos niños malos.

Y sé que volvemos orientados
por el sonido de unas canciones.
Canciones que una brisa trae
y rápidamente modula,
les pone efecto doppler.
Una canción como eso
hacia donde nos dirigimos
con algunas ramas entre las manos
algunas piñas haciendo bolsa con la remera.
Y el eco nítido de los sonidos
de la orilla de enfrente
donde mataban chanchos
y la gente se caía al río
y se perdía con la corriente.








13 julio 2010

Felicidad

Este mediodía al sol del parque
junto al río que resplandece.

Este desorden.

Toda la tarde percibiendo un orden nuevo,
sin generalidades, un orden propio.
Y el río que hace que las palabras se deslicen
y hagan resonar la caja del cuerpo.
Un agua vibrando dentro de una copa de cristal
que hacemos sonar con la yema de los dedos.

La alegría de intentar escribir esto.



03 mayo 2010

Los Jardines

Los jardines tienen una facultad visionaria
Prevalecen en la luz de la primavera
Mientras pueden.
Por más que sientan el sol que los recorre
potente, lo que se corre,
la sombra que avanza
también sienten y una mañana
escuchan, otra vez, como por primera vez,
la canción del pájaro preciosista.






Falú - Dávalos

Viajando tras el vidrio de un auto
lleno de bichos estrellados
los ojos descansan en la hierba virgen
que me recuerda ese dibujo que hacía
cuando era niño
fascinado por la perspectiva
de un ancho camino que se va afinando
hacia la parte superior de la hoja
hundiéndose en la lejanía
con árboles costeándolo
y el ritmo de las líneas blancas de la ruta.




17 marzo 2010

Olé

A esta luz agotada de tu casa
ni una pregunta le queda.
Estabas arriba de una melodía
que subía y bajaba buscando
entre las notas más altas
sin detenerse en ninguna
las olas de un mar de música
que era el único ser vivo del planeta.





Mar azul

Encontrar el sendero que llevaba hasta el mar
entre todos esos que terminaban
en los matorrales del médano
nos dejaba sonando como un punteo
de guitarra criolla en la conciencia
que avanzaba con la novedad
de los pies en la arena.

Cada llegada al mar era así.

¿Sentía algo de esto Mateo de 9 años?

la caja del cielo completa,
las olas cayendo como un arpegio
siempre. Cerrábamos los ojos
para escuchar mejor
el mar que a esa hora retrocedía.







12 febrero 2010

Fabio

y al caer el día la música te alivia,
te saca de la trinchera.



22 enero 2010

Yo Fuera


Si el viento mueve los sauces de la isla enfrente
Si el rocío sube por los pastos y aplaca los mosquitos
si el miedo del pájaro a ese río que crece y se desborda
Si el reloj y las gotas perdidas de las canillas
al sincronizar su caída en la casa en silencio
Si una trama de alambre nos sostiene
como a la parra del jardín donde comíamos
Si todo aquello tiende a alinearse y sonar en sincronía.