19 septiembre 2008

Pedro Gabriel

Cuando el vacío difumina el paso del tiempo
y las cosas no solo se escapan sino que se cruzan
a la vereda de enfrente
y todo es amenazador todo es preocupante,
como dijo el gran Pedro Gabriel:
yo quisiera ser tan completo
como la luz y el calor que veo en tus ojos.






07 septiembre 2008

Hector Viel Temperley


somos los jinetes de viel
los que escupimos en los bolsillos
los que hacemos volar las aves marinas
corriendo por la playa
los que pedimos a dios que vuelva.










Hospital Británico Mes de Marzo de 1986.



Pabellón Rosetto, larga esquina de verano, armadura de mariposas: Mi madre vino al cielo a visitarme.

Tengo la cabeza vendada. Permanezco en el pecho de la Luz horas y horas. Soy feliz. Me han sacado del mundo.

Mi madre es la risa, la libertad, el verano.

A veinte cuadras de aquí yace muriéndose.

Aquí besa mi paz, ve a su hijo cambiado, se prepara –en Tu llanto- para comenzar todo de nuevo.



Hospital Británico

La muchacha regresa con rostro de roedor, desfigurada por no querer saber lo que es ser joven.

Llevando otro embarazo sobre las largas piernas, me pide humildemente fechas para una lápida. (1984).



Hospital Británico

¿Quién puso en mí esa misa a la que nunca llego? ¿Quién puso en mi camino hacia la misa a esos patos marrones –o pupitres con las alas abiertas- que se hunden en el polvo de la tarde sobre la pérgola que cubrían las glicinas? (1984).



Hospital Británico

Voy hacia lo que menos conocí en mi vida: voy hacia mi cuerpo. (1984).



Pabellón Rosetto

Aquella blanca pared nueva, joven, que hablaba a las palmeras de una playa –enfermeras de pechos de luz verde- en una fotografía que perdí en mi adolescencia.



Pabellón Rosetto

Soñé que nos hundíamos y que después nadábamos hacia la costa lentamente y que de nuestras sombras de color verde claro huían los tiburones. (1978).



Pabellón Rosetto

Si me enseñaras qué es el color verde claro...(1978).



Pabellón Rosetto

Es difícil llegar a la capilla: se puede orar entre las cañas en el viento debajo de la cama. (1984).



“Christus Pantokrator”

La postal tiene una leyenda: “Christus Pantokrator, siglo XIII”.

A los pies de la pared desnuda, la postal es un Christus Pantokrator en la mitad de un espigón larguísimo. (1985).



“Christus Pantokrator”

Entre mis ojos y los ojos de Christus Pantokrator nunca hay piso. Siempre hay dos alpargatas descosidas, blancas, en un día de viento.

Con la postal en el zócalo, con Christus Pantokrator en el espigón larguísimo, mi oscuridad no tiene hambre de gaviota. (1985).



“Christus Pantokrator”

La postal viene de marineros, de pugilistas viejos en ese bar estrecho que parece un submarino –de maderas y latas- hundiéndose en el sol de la ribera.

La postal viene de un Christus Pantokrator que cuando bajo las persianas, apago la luz y cierro los ojos, me pide que filme Su Silencio dentro de una botella varada en un banco infinito. (1985).



“Christus Pantokrator”

Delante de la postal estoy como una pala que cava en el sol, en el Rostro y en los ojos de Christus Pantokrator. (1985).

Sé que sólo en los ojos de Christus Pantokrator puedo cavar en la transpiración de todos mis veranos hasta llegar desde el esternón, desde el mediodía, a ese faro cubierto por alas de naranjos que quiero para el niño casi mudo que llevé sobre el alma muchos meses. (Mes de Abril de 1986).


Hector Viel Temperley (seleccion de textos pertenecientes a "Hospital Británico")