16 marzo 2009

Tengo un plan:
voy a estar muy bien.
El corazón lleno de tatuajes.
Y un verso por día.
Un verso y punto.
Sin signos de pregunta.
Solo un lento movimiento hacia los costados.
Un verso que se construye
como teclas pulsadas por una pianola.
A la misma velocidad de la luz del sol
sobre los patios.
Que cuando parecía que no se movía más.
Queda estampado en el renglón.
Y que tiene un amor.
Como del reino animal.




Con la cara al ras del suelo
a la hora en que los grillos
arrancan todos juntos
oíamos caer la noche alrededor nuestro
entre los árboles.
pero no era una sola
sino pequeñas noches,
una sobre nosotros
otra allá donde empezaba el alambrado
todas jugándose el instante.
Tu cuerpo olía a agua de pileta.