Antes, todas las noches,
los rayos de la tormenta en el vaso
impactaban sobre las hojas de los cuadernos
y así escribía poemas larguísimos
desde los márgenes hacia adentro
siguiendo el curso que debajo de nuestros pies
iba dando el sol
al frío que subía con el día cada vez más lejos
esa escritura como un aro prendido fuego
por el que saltabamos cachorros.
los rayos de la tormenta en el vaso
impactaban sobre las hojas de los cuadernos
y así escribía poemas larguísimos
desde los márgenes hacia adentro
siguiendo el curso que debajo de nuestros pies
iba dando el sol
al frío que subía con el día cada vez más lejos
esa escritura como un aro prendido fuego
por el que saltabamos cachorros.
2 comentarios:
estas inspirado,gnomo!
que bueno leeerte nuevamente!
debo reconocer que hacia rato no pasaba por aca y encontre varias nuevas y bellas imágenes (como el rayo en el vaso y el sol que se va ocultando).un beso.
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