hay una nota
que el mundo toca fuera de tono
alguna tarde plateada
y ves la luz del sol muriendo en el pasto
Paul Verlaine, Paul Verlaine
que día in, que día insubstancial
a veces en un callejón solitario
todo se raja como porcelana
Paul Verlaine, Paul Verlaine
que día in, que día insubstancial
todas las veredas vacías en la calle
todas las voces en los campos
qué pasa si son reales?
Paul Verlaine, Paul Verlaine
que día in, que día insubstancial
todas las veredas vacías en la calle
todas las voces en los campos
qué pasa si son reales?
Paul Verlaine
There’s a note
That the world plays out of tune
Some silver afternoon
And you see the sunlight dying on the lawn
Paul Verlaine, Paul Verlaine
Such an in- such an insubstantial day
Sometimes in a lonely alleyway
Everything cracks like porcelain
Paul Verlaine, Paul Verlaine
Such an in- such an insubstantial day
All the empty sidewalks in the street
All the voices in the fields
What if they’re real?
Paul Verlaine, Paul Verlaine
Such an in- such an insubstantial day
All the empty sidewalks in the street
All the voices in the fields
What if they’re real?
Soy un acertijo. Soy el acertijo. Las cosas se acercan, se aceleran, se desbordan. Y yo me siento tallado en una piedra. En la piedra blanca del parque Al fondo de la casa de mi abuelo Pintada con cal, Y atada con una cadena a la tierra. Mi abuelo se sentaba ahí a pasar la tarde. Y me decía que era un meteorito Y que era blanca porque había caído de la luna. Trepados en el paraíso al lado de esa piedra Intentamos un día solo por un rato hacer una casa en el árbol o cuando jugábamos al fútbol Desde ahí alguno nos tiraba venenitos.
Ahora no debe haber nadie que sepa que es un meteorito o algún pibe la habrá dado vuelta entre una estampida de bichos bolita.
No pretendas saber, pues no está permitido, el fin que a mí y a ti, Leucónoe, nos tienen asignados los dioses, ni consultes los números Babilónicos. Mejor será aceptar lo que venga, ya sean muchos los inviernos que Júpiter te conceda, o sea éste el último, el que ahora hace que el mar Tirreno rompa contra los opuestos cantiles. No seas loca, filtra tus vinos y adapta al breve espacio de tu vida una esperanza larga. Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso. Vive el día de hoy. Captúralo. No fíes del incierto mañana.
KINKS significa ROCK. ROCK debería decirse KINK. Habría que reemplazar la palabra gastada ROCK por KINK. Y acercar la oreja al reboque de las paredes, oír como crepitan, y subirse otra vez al KINK.
Hoy sé la noche estrellada por arriba de los pinos al fondo de la casa de mi abuelo. Y sé la camiseta apretada, los pantaloncitos y las medias altas, los botines que patinan en el parquet al rayarlo. Sé que junto al piano y al paso busco una melodía con barro entre los tapones. Una melodía que es una llama al viento de ese otoño.
Con la cabeza río arriba
Que trae olor a tierra con lombrices en un frasco. Pequeño recorte de arena que el río rápido esquiva. Una caña pequeña una boyita borrosa que parece siempre hundida un bosque gigante donde encontramos niños malos.
Y sé que volvemos orientados por el sonido de unas canciones. Canciones que una brisa trae y rápidamente modula, les pone efecto doppler. Una canción como eso hacia donde nos dirigimos con algunas ramas entre las manos algunas piñas haciendo bolsa con la remera. Y el eco nítido de los sonidos de la orilla de enfrente donde mataban chanchos y la gente se caía al río y se perdía con la corriente.
Este mediodía al sol del parque junto al río que resplandece.
Este desorden.
Toda la tarde percibiendo un orden nuevo, sin generalidades, un orden propio. Y el río que hace que las palabras se deslicen y hagan resonar la caja del cuerpo. Un agua vibrando dentro de una copa de cristal que hacemos sonar con la yema de los dedos.