El mar. Ese libro que siempre volvés a abrir.
Ahora que preferís ir por palos y piedras
Antes que por palabras.
A cruzar el charco.
No lleves remedio porque nada va a herirte.
Solo ocúpate de que tu tren no avance
sobre palabras como “abstracción” o “especulación”
y deja que la noche instale su modo de hablar bajito, suplicante.
Deja que se lleve puestas las palabras que tenías en la cabeza
y lentamente te llene los bolsillos de piedras.
El verano se huele mucho antes de que llegue.
2 comentarios:
señor gnomo sapiens muy buenos sus escritos.Le mando un abrazo.
"El verano se huele mucho antes de que llegue."
me robo esa frase.
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