Venir hasta acá,
ver pasar los trenes,
o mejor dicho
el único que pasa.
Se cambia de estación así. En estos días.
Como esa luz que parecía que no avanzaba, pero después llega
y pasa arrasando pelucas, es una avalancha.
Así, ni frío ni calor, ni llueve ni no, hasta que estás en otro lado.
Cerrás los ojos, afuera siguen pasando los árboles
y entonces el ruido que hacen las cosas,
es ruido ciego de colores pegados a la retina.
Rabia de la luz que no quiere bajarse.
El nervio imperceptible haciendo su trabajo silencioso
como gotas de rocío.
Nada. A grandes rasgos
Es sólo una canción atrás de otra.
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